Pisa - San Gigminiano

Desayunamos en una terraza junto a un mercado ambulante que inundaba el centro de la ciudad. Pisa da nombre a una ciudad. Salida de mañana puesta y sol justiciero. Camino a Terricciola los pueblos se alzan como miradores hacia la campiña Toscana. Después de un bananero descanso decidimos – siempre desde el respeto y la admiración - adelantar a un hombre que, en silla de ruedas eléctrica, nos disputa el maillots de puntos rojos Almuerzo de café y helados en un restaurante perdido de la Toscana, arrancamos a las cinco de la tarde, después de la vuelta al instituto.

Llegar a S.Gigminano desde el cruce de Volterra se resume en, una subida de quinientos metros, un desvío a la derecha a 10 kilómetros después de un suave llaneo, y dejarse llevar alegremente, hasta S. Gigminano.

Dormimos en un hostal prestado y cenamos poco y caro en un restaurante de mucho pan y aceite. En la custodiada plaza de S. Gigminano nos despachamos, con una buena mano de gelatos uefachampionsligui.