Chiancciano di terme - Bolzena

Al salir de Chiancciano di terme acordamos ponernos los cascos. Salteano también estaba de fiesta – en realidad, toda Italia - pasamos por su calle principal cubierta de albero. La ladera del camino hacia S. Casciano domina todo el valle, la carretera se adentra en la espesura de la montaña salvando desniveles del 14%. En S. Casiano paramos a recuperar fuerzas en un café de repostería provinciana. Nos tiramos en una calle del pueblo. Almorzamos en un turístico restaurante a la entrada de Aquapendente, algo así como una Venta Trepaolla a la italiana. En Aquapendente, un modoso y querubín acólito de monasterio nos ofreció alojamiento gratuito. En S. Lorenzo Nuovo nos regalaron una botella de agua semifreinata, recargamos en la fuente y optamos por partir hacia Bolzena, vía Francigena.  A alguien se le debió ocurrir meter las máquinas en el carril.

Bolzena tiene un gran yacimiento arqueológico a su entrada, un imponente castillo junto a un estanco y tres hospedajes bastantes económicos. En la pensión Italia la directora del hotel no lleva sujetador, esperan eternamente al técnico del aire, puedes ver E.T en italiano, esperar para ducharte, murciélagos, dormir en el suelo o no dormir lo suficiente y que irrumpa e interrumpa en tu habitación, un implacable y esperpéntico ex luchador de wrestsing mexicano, para pedirte fuego. La oferta cultural de Bolzena es excitante.